miércoles, 28 de marzo de 2007

El dolor de ser toro


La polémica sobre las corridas de toros se ha visto acrecentada por el "estudio" del Dr. Illera, según el cual, el toro no sufre durante la lidia gracias a la secreción de un tipo de opiáceos endógenos. Resumiendo, el "estudio" concluye que el nivel de estrés extremo al que se somete al pobre animal activa la secreción de betaendorfinas lo cual ha llevado al tal doctor a regalarnos frases tan delirantes como: "Yo podría aseverar perfectamente que ese animal no sufre. Así como lo digo: no sufre dolor". Revisando la bibliografía sobre cirugía taurina y los protocolos de atención y manejo del paciente taurino traumatizado, no puedo evitar una sonrisa irónica al leer recomendaciones como "administración de analgesia por el elevado dolor" o la inclusión de un anestesista en la atención prehospitalaria al torero. Imagino que los protocolos de analgesia y anestesia en toreros podrán suspenderse dado que el elevado nivel de estrés al recibir la cornada les hace secretar sus correspondientes betaendorfinas, ¿no?.

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